El coreógrafo catalán David Campos ha revisado el cuento de Charles Perrault y los hermanos Grimm y lo ha hecho con innovaciones en el lenguaje escénico y con una escenografía virtual, que rinde homenaje al cine con motivo del cincuenta aniversario de la película que Walt Disney hizo de este relato.
Al frente de su compañía de Santa Coloma de Gramenet, Campos, como ha explicado él mismo en una rueda de prensa, ha elegido para su debut en la capital uno de los grandes clásicos del ballet, y de toda la historia, él se recrea especialmente en el sueño de la princesa Aurora porque hasta ahora "nadie nos ha contado" que soñó durante el tiempo que duró el encantamiento.
En lugar de cien años, el coreógrafo la ha dejado dormir durante ochocientos y la ha despertado en pleno siglo XXI, un mundo demasiado sorprendente para la princesa medieval, que quiere regresar a su cuento.
La nueva apuesta de la compañía catalana, que lleva ya cinco años funcionando, vuelve a combinar las tendencias contemporáneas y actuales "con el rigor y la disciplina" de la danza clásica, una fórmula, ha señalado el director, que primero fue bailarín solista en el Ballet Real de Flandes, con la que trata de atrapar a los espectadores más jóvenes porque ellos son "el público del futuro".
De este montaje destaca la escenografía virtual, en la que sus creadores juegan con imágenes realistas e ilustraciones que dan un "contrapunto" fantástico y facilitan la creación del entorno onírico que persigue David Campos.
Esta escenografía y el discurso narrativo de la obra se sustentan sobre tres pantallas multimedia, con proyecciones de la videocreadora Tatiana Halbach y Soren Christensen.
"La Bella Durmiente del Bosque" es la cuarta producción clásica de esta compañía, que se estableció en 2004 de forma permanente en el teatro Josep Maria de Sagarra de Santa Coloma de Gramenet, con la pretensión de llenar ese vacío de danza clásica que existe en Cataluña, donde, según Campos, "sólo se apoya" el ballet contemporáneo porque "las puntas, los giros y la representación de los clásicos" parece que es "el no progreso".
Pero él sí que cree que hay hueco para que existan compañías estables de danza clásica, ya que de hecho "es lo que más teatros está llenando", aunque se inclina más, en el caso de una compañía nacional, porque fuera "más versátil" y no se ciñera exclusivamente a los clásicos.
